jueves, 31 de marzo de 2011

ADICTOS AL DEPORTE- INTRODUCCION

tomado de: http://www.eldepornauta.com/noticias.php?idNoticia=9597

(*) por Alfredo Cárdenas

Toda adicción es mala, los excesos nunca son buenos, inclusive en el deporte. Hay gente que piensa que pedalear doscientos kilómetros; correr cuarenta o nadar cinco, representan una muestra de buena salud. Sin embargo, en el caso de atletas amateurs, se puede caer en el riesgo de machacar al organismo, someter a las articulaciones a la falta de descanso y recuperación, algo que a veces más temprano que tarde nos pasará la factura. Este exceso no es beneficioso para nuestro físico.

Necesitamos hacer ejercicio para mantener la salud pero resulta distinto si se pretende mejorar el rendimiento a nivel competitivo. Todo fanático del triatlón ha pronunciado, o cuanto menos escuchado, frases como “el triatlón me hace sentir vivo”, “el deporte es mi vida” o “si no entreno me siento culpable”. También conocemos el síndrome de intentar recuperar el estímulo del día anterior cuando no pudimos entrenar por temas laborales o familiares. Son conductas típicas del deporte de las tres disciplinas, resultan normales para quienes practican triatlón pero tienen efectos colaterales como stress; conducta antisocial; peleas de pareja o familiares y vivir haciendo malabares para cumplir con todas las obligaciones cotidianas sin dejar de entrenar. Esto no es exclusivo del triatlón, también sucede en otros deportes, pero se complica más cuando se practican tres disciplinas con la exigencia de realizar tres estímulos semanales tanto de natación como de ciclismo y pedestrismo. Es decir, se requieren nueve entrenamientos cada siete días. (Foto: Triatlón.com.uy)

Si acostumbro a mi organismo a recibir un domingo un estímulo de 150 kilómetros de ciclismo durante largos períodos, más allá de cargas y descargas, luego no se conformará con salir a rodar 30 kilómetros, me pedirá la DROGA en el volumen que se acostumbró a recibir. Sin querer ni darse cuenta, se cae en la adicción al deporte. Existen dos maneras de adquirir una dependencia: la física y la psicológica, y la mayoría de las sustancias pueden provocarlas.

Toda adicción se manifiesta mediante tres procesos característicos denominados tolerancia, abstinencia y dependencia. La dependencia física se produce porque el cerebro está biológicamente dotado para adaptarse a cualquier eventualidad o cambio externo e interno. Si el cerebro se expone a una sustancia química procedente del exterior, se adapta a los efectos provocados, modificando el número, la forma o la sensibilidad de los receptores para esa sustancia. Es así como una pequeña cantidad produce un efecto inicial intenso pero que disminuye a medida que las células nerviosas se adaptan a su presencia.

Este proceso de adaptación y atenuación, se conoce como tolerancia y es lo que obliga al consumidor a aumentar tanto la cantidad como la frecuencia del consumo para obtener las mismas sensaciones. La tolerancia consiste en un mecanismo de protección cuya función es reducir o controlar la respuesta del cerebro a los efectos de la sustancia y convivir con ella. El cerebro se adapta tan bien a la presencia de la sustancia que le resulta difícil funcionar con eficacia y normalidad en su ausencia. Si esto se da, se produce una sintomatología muy desagradable conocida como abstinencia que aparece después de reducir o eliminar el consumo por completo tras haberla utiilizado durante un tiempo prolongado. Es tal la sensación de malestar que se experimenta, que se dificulta el cese del consumo. Esto se debe a que el cerebro tarda un tiempo considerable reconfigurar y readaptar su funcionamiento normal en ausencia de la sustancia. La vuelta a la normalidad de tan sofisticado órgano no es inmediata, la abstinencia suele constituir un obstáculo difícil de superar.

El proceso adictivo corresponde a un típico condicionamiento de conducta que se produce en tres fases consecutivas. El enganche inicial ocurre cuando la sustancia provoca una sensación de placer en el organismo. El consumo continúa por temor a padecer los síntomas desagradables del síndrome de abstinencia. Finalmente, el abandono del uso de la sustancia se dificulta por los recuerdos placenteros iníciales producidos por ésta. En tales casos, tanto la sensación de relajación física como el placer inducidos por la sustancia son capaces de eclipsar a todas las demás fuentes de satisfacción. A partir de ahí, la vida del sujeto queda tristemente enfocada en dos aéreas fundamentales: la obtención y el consumo de la sustancia.

¿Qué semejanzas tiene este tipo de adicción a sustancias psicoactivas con la dependencia al ejercicio físico?

La correspondencia entre los dos es casi total, ya que los procesos de tolerancia, abstinencia y dependencia se presentan de igual manera pero en relación con la actividad física. La vigorexia provoca que el adicto al deporte abuse del ejercicio físico como si fuese una sustancia. También existen entrenadores que refuerzan esta adicción. Los efectos negativos del exceso de ejercicio suelen permanecer invisibles durante un tiempo y recién se manifiestan cuando se sufren lesiones a causa del sobreentrenamiento. Son recurrentes los casos de esguinces, fracturas por tensión, bursitis, torceduras y tendinitis sumado a insomnio o nerviosismo intenso.

En parte, las causas de esta adicción se pueden explicar considerando la conexión endocrina que existe entre el ejercicio físico y la liberación de sustancias químicas como las beta endorfinas, adrenalina, noradrenalina, dopamina, serotonina, hormonas tiroideas, cortisol, testosterona, estrógenos y leptina, entre otras. Un hecho positivo de la vigorexia consiste en que los adictos no suelen abusar de sustancias psicoactivas ya que perjudican el rendimiento físico.


No por nada, con el tiempo, uno toma conciencia que el triatlón es nuestro modo de vida ya que organizamos nuestras actividades diarias en torno al deporte. Te recomiendo que siempre pongas en la balanza si vale la pena el esfuerzo y sacrificio, si  vale el precio que estas pagando, si es un placer o si es una obligación, si es un disfrute o un problema, y lo mas importante: si te hace feliz!
 
Saludos,
(*) por Alfredo Cárdenas

tomado de: http://www.eldepornauta.com/noticias.php?idNoticia=9597