¿Sabías que
el ejercicio físico es una parte clave del tratamiento y prevención de la
DIABETES TIPO 2?
- El
ejercicio aeróbico mejora la tolerancia a la glucosa y la sensibilidad a la
insulina, al aumentar el consumo muscular de glucosa.
- Como
resultado del mejor control glicémico es posible conseguir una reducción de la
hemoglobina glicosilada y de la dosis de tratamiento farmacológico necesaria
para mantener la glicemia en rango normal.
- En casos
de prediabetes es posible revertir la fisiopatología y evitar la progresión a
diabetes en un 60% de los casos.
- En casos
de diabetes avanzada se logra reducir el impacto de la enfermedad sobre los órganos
(riñones, retina, sistema nervioso).
- Adoptar un
estilo de vida activo colabora a reducir otros factores de riesgo
cardiovascular asociados a la diabetes (como hipertensión, sobrepeso,
hipercolesterolemia, etc).
Consideraciones
especiales a la hora de planificar el entrenamiento de un diabético:
El diabético
necesita tomar ciertas precauciones al ejercitarse, sobre todo si padece la
enfermedad desde hace ya varios años. Si eres diabético y deseas comenzar un
plan de ejercicio lo mejor es consultar con tu deportólogo acerca de cuál es el
mejor plan de ejercicio para tí y los cuidados extra que debes tener.
Asimismo debe evitarse las inyecciones insulina en los músculos que se
van a ejercitar.
Además dado
el riesgo de hipoglucemia diferida (hasta 12hr post ejercicio), no se
recomienda el ejercicio por la noche antes de dormir (en caso de hacerlo hay
que incrementar el consumo de CH en la cena)
Se
recomienda controlar la glicemia pre-ejercicio sobre todo si se han hecho
cambios en el plan habitual y ajustar las ingestas a la demanda prevista por
ejercicio. Si la glicemia pre-ejercicio es < 100 mg/dl hay que ingerir 20 a 30gr
de CH antes de comenzar la sesión.
Un descenso
rápido en la glicemia mediado por el ejercicio (aún con valores de
hiperglicemia) puede desencadenar síntomas de temblor, ansiedad, sudoración
anormal, hambre, parestesias en boca y dedos. Los síntomas neuroglucopénicos
son cefalea, trastornos visuales, confusión, apatía, amnesia, convulsiones y
coma.
La hiperglucemia
con o sin cetosis es un problema de DM1 y de DM2 que no cumplen el tratamiento,
los síntomas son poliuria, polidipsia, fatiga y aliento cetónico. Pueden
ejercitarse a intensidad leve o moderada con hiperglicemia siempre que no
presenten cuerpos cetónicos en sangre o en orina y la glicemia sea menor a 300
mg/dl. Siempre que la glicemia sea mayor a 250 mg/dl deben chequearse los
cuerpos cetónicos y si aparecen no se puede ejercitar. La poliuria
derivada de la hiperglicemia puede deshidratar al paciente y menguar la
respuesta termorreguladora, si un paciente se ejercita con hiperglicemia deben
tomarse todas las precauciones necesarias para evitar la hipertermia.
La
neuropatía autónoma puede causar insuficiencia cronotrópica, una pobre respuesta de la presión arterial frente al ejercicio y un déficit en la capacidad de sudar.
En estos pacientes
deben monitorizarse los síntomas y signos de hipoglucemia ya que el paciente
tal vez no los reconozca, así como monitorizar con ECG dado el riesgo de
isquemia sin angor.
Si existe
arritmia o enfermedad coronaria no se debe ejercitar por encima del 70% del
Vo2max, si existiera angor no deben superarse 10 latidos por debajo del umbral
isquémico.
La
neuropatía periférica altera la sensibilidad distal y pueden ocurrir ampollas o
lesiones en piel que pasen desapercibidas, el paciente debe revisar sus pies
antes y después de cada sesión de ejercicio, utilizando telas adecuadas y
calzado en buen estado. En la medida de lo posible se evitarán las actividades
de impacto en estos pacientes.
Si hay
enfermedad vascular periférica se prefieren los ejercicios que no impliquen
sostener el peso corporal ya que son mejor tolerados.
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