La contractura es una contracción permanente de una zona del
músculo que genera dolor, puede aparecer de forma brusca durante un esfuerzo, o
aparecer luego de unas horas, o al otro día.
El desgarro es una rotura de fibras, puede ser microscópica
o tener varios centímetros.
Un desgarro siempre se va a acompañar de
contractura. El músculo sano alrededor de la lesión se contrae para proteger la
zona y evitar mayor distensión de las fibras.
El problema es diferenciar cuando estamos frente a una
contractura simple, y cuando estamos frente a una contractura con rotura
fibrilar debajo.
Nos interesa diferenciarlas porque su tratamiento es diferente (el tratamiento con masajes para una contractura puede provocar mas daño si estábamos frente a un desgarro) y para estimar los plazos de recuperación y retorno al entrenamiento.
A continuación algunas características de una y otra que te pueden ayudar a diferenciarlas.
(lo ideal es que sea el deportólogo quien lo haga, claro).
En ambas hay dolor al usar el músculo en cuestión, y en ambas duele a la palpación de la zona. El estiramiento puede aliviar un poco la contractura, pero empeora el dolor de un desgarro.
El desgarro, es decir: la rotura de fibras, siempre inicia de forma brusca, se siente un pinchazo
(o una pedrada en la zona) que inmediatamente suele impedir continuar con el ejercicio (casos muy leves pueden continuar pese al dolor) En general también duele al caminar.
La contractura simple puede empezar de forma brusca, pero lo
más frecuente es que empiece post esfuerzo (al enfriarte), y no suele ser tan
dolorosa como el desgarro, en general permite realizar cierta actividad (con
molestias) y no limita tanto como el desgarro.
La contractura nunca tiene hematoma. El desgarro a veces
tiene y a veces no tiene hematoma, así que si hay hematoma seguro que estamos
frente a un desgarro.
No debemos olvidar que una contractura es una señal de alarma, sin daño anatómico aún, pero indicando fatiga y riesgo de lesión muscular en la zona contracturada (si es que ya no hubo rotura microscópica)
Algunas veces la única forma de diferenciarlas es con estudios de
imagen (ecografía o RMN).
El tiempo de evolución a veces nos permite hacer diagnóstico retrospectivo
de la lesión: si el dolor se resuelve de forma espontánea en menos de una
semana estábamos frente a una contractura.
Si se resuelve en 15 días seguramente se trató de una rotura
microscópica y por eso fue tan rápida la recuperación.
Un desgarro nunca se resuelve en menos de 20 días (a veces mas si fue grande).
De todos modos ante la duda no cuesta nada consultar al especialista antes de arriesgar a aplicar un tratamiento que puede no ser el adecuado.
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