El trail running y las carreras
de largas distancia cada vez tienen más convocatoria.
La “evolución natural” del
corredor amateur parece ser la de empezar con 10k de calle, experimentar con
varias maratones y terminar haciendo triatlón, carreras de aventura o trail.
"Hay comportamientos que
revelan las peculiaridades del alma humana. Son como mensajes cifrados que
contienen una profunda verdad sobre nosotros mismos. Uno de ellos es el empeño
y en este caso concreto, el deseo de correr. El correr grandes distancias,
pruebas de ultramaratón, y el atractivo secreto que tiene hacer esto, nos plantea
una pregunta: ¿Qué mueve al ser humano a emprender aventuras peligrosas y
difíciles?...". - Adalberto Maidana
Será el contacto con la
naturaleza lo que los atrae?, será el tipo de entrenamiento? (diferente a la
monotonía del corredor de calle), será la menor incidencia de lesiones? Será el
instinto?
Sea cual sea la razón, el
corredor de trail es un deportista diferente al corredor de calle, su
entrenamiento es diferente, sus necesidades calóricas, su biotipo y hasta su forma
de pensar el deporte es diferente.
Vamos a analizar las diferencias
entre corredor de calle y corredor de trail
Empezando por lo físico: si
miramos el biotipo de los ganadores vemos que los fondistas de calle son todos
delgados y con poco desarrollo muscular. Es el cuerpo que resulta de un
entrenamiento de alto volumen aeróbico a ritmos continuos, y es el cuerpo que necesitan
para rendir.
Los corredores de trail son más
variados, están los que son muy delgados, pero también se
destacan corredores con mayor desarrollo muscular, incluso vemos corredores muy
buenos con sobrepeso!. Las carreras de trail por lo general exigen cuádriceps,
isquiotibiales y glúteos más desarrollados que las carreras de calle para hacer
frente a las demandas que las montañas imponen.
La mente: otra la gran
diferencia entre el corredor de calle y el de trail.
El enfoque no está en hacer una
marca ni en mantener un promedio parejo por kilómetro. Se corre más a
sensaciones, persiguiendo al rival dentro de las posibilidades individuales y
enfrentando las demandas que la naturaleza impone.
Suelen hacerse carreras en parejas o en equipos, lo cual estimula la formación de vínculos y amistades, incluso equipos rivales pueden ayudarse mutuamente durante el transcurso de carreras largas en etapas. El corredor de calle es solitario, puede entrenar en grupo pero el día de la carrera (si va a competir) estará solo.
El desarrollo de una carrera en
calle es bastante predecible, uno se para en la línea de largada, mira a los
competidores y más o menos se hace una idea de lo que va a pasar.
En una
carrera larga en la naturaleza las cosas pueden cambiar mucho de un kilómetro
al siguiente (ni hablar si el puntero se pierde), el cansancio es diferente y
suele haber barro, agua, tierra, sol, todo en la misma carrera.
Los puestos de
hidratación no están cada 2 km como en las maratones, y el deportista debe llevar su propia agua, debe
ser más flexible y capaz de adaptarse al ambiente en mayor medida que el
corredor de calle.
A diferencia de las carreras de
calle, el trail no se trata de un ejercicio continuo sino más tirando a
intermitente: se alternan periodos de carrera continua a ritmos agiles, con
periodos más lentos, con repechos, bajadas, sprints, y hasta tramos en los que
es imposible correr y hay que caminar.
Siendo todo esto un estímulo que
favorece el desarrollo de músculos poderosos en las piernas, lo cual lejos de
ser una desventaja es un factor importante para el rendimiento, y protege
frente al daño muscular que ocurre cuando se corre en bajada por largos tramos
y a alta intensidad
La técnica de carrera es
diferente y por tanto los músculos se trabajan de forma diferente, por ejemplo
el corredor de calle ni siquiera sabe que tiene músculos aductores y no verá afectado
su rendimiento en caso de tener tobillos delgados y débiles, mientras que un
corredor de trail con poca fuerza para realizar movimientos laterales o con
tobillos débiles estará colocándose en riesgo de lesión durante una carrera con
ciertas dificultades técnicas.
Respecto a la mejor edad para el
rendimiento, empecé la nota hablando de que la “evolución natural” del corredor
pareciera ser la de ir volcándose hacia las carreras en la naturaleza y esta afirmación
surge al encontrar datos de que los mejores maratonistas de calle tienen entre
28 y 35 años mientras que los mejores corredores de trail son mayores de 35.
Otro dato interesante es que el rendimiento de las mujeres empieza a acercarse al rendimiento de los varones en carreras largas, especialmente en las de montaña...pero eso será motivo para la proxima nota.
La dejo por aca y me voy a correr
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