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65 años que realizan actividad físico de manera regular presentan menor
mortalidad.
Esto no lo digo yo, ésta es la conclusión de un estudio prospectivo de 13 años - “Physical activity and long-term mortality risk in older adults: A prospective population based study (NEDICES)” - al cual pueden acceder en la web: http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2211335516301188
En el estudio se siguió a un grupo de personas durante 13 años y se vio que aquellos con más actividad física eran los que mostraban mayor sobrevida, y que además el efecto era más marcado en mujeres (32% vs 14%).
No encontraron una relación lineal entre la “dosis” de actividad física y el beneficio en reducción de mortalidad, viendo mayores beneficios cuanto más sedentaria fuera la persona inicialmente.
Recordemos
que actividad física no significa deporte, ni significa entrenamiento; actividad
física se define como cualquier movimiento del cuerpo que implique gasto
energético para realizarse, y puede realizarse con tareas laborales, domésticas,
recreativas o transporte.
Son conocidos
los efectos negativos que tiene el sedentarismo para el organismo. Ya desde
1950 se empezó a ver la asociación entre sedentarismo y muerte prematura por
causas cardiovasculares. Y hoy el
sedentarismo es hoy la principal causa detras del origen de las enfermedades crónicas no
transmisibles más prevalentes en adultos (diabetes, colesterol, hipertensión,
ciertos tipos de cáncer, etc).
Se grafica la sobrevida en función de los años de seguimiento y cada línea representa un nivel de actividad física, los resultados son claros.
En amarillo se representan a las personas con alta actividad física a diario y son las que mostraron mayor sobrevida durante todos los años de seguimiento.
En verde y violeta las personas con actividad física moderada y ligera respectivamente
Y en azul las sedentarios, los de menor sobrevida.
Además de los
efectos directos que la actividad física tiene sobre las funciones
cardiovascular y metabólicas del organismo, se han propuesto otros factores
como responsables también de la menor mortalidad: la reducción en los marcadores
pro-inflamatorias, cambios en la composición corporal, densidad mineral ósea y
peso y mayor autonomía del adulto mayor.
Terminamos
sacando la conclusión más esperable, pero no por eso la más aplicada: fomentar
la actividad física luego de los 65 años es tarea importante en materia de
medicina preventiva.
Esto me hace
acordar a las palabras de Aurora Pérez : “en mi fuero interno sé que he corrido
sólo para vivir”
Me voy a correr